NOELIA CORDONCILLO OCAÑA


CRÓNICAS DEL AULA DE PLÁSTICA




LA OREJA VERDE DE LA ESCUELA: TRABAJO POR PROYECTOS Y VIDA COTIDIANA.

El libro que he escogido es La oreja Verde de la Escuela: trabajo por proyectos y vida cotidiana en la escuela infantil. Escrito por Carmen Díez Navarro y editado por Ediciones de la Torre.

En este libro puedes encontrar el diario de aula de Carmen Díez como maestra en una escuela infantil, te muestra cómo debe ser la labor de la educadora en la escuela y como debe ser la propia escuela: relación con los niños, proyectos educativos, rutinas como juegos, rincones, ambiente escolar… 

Pero sin ninguna duda, lo que más me ha llamado la atención del libro y más me ha recordado el por qué decidí emprender este viaje en la educación infantil, ha sido una poesía de Gianni Rodari que viene al principio del libro titulada Un Señor Maduro con una Oreja Verde.



Un Señor Maduro Con Una Oreja Verde

Un día, en el expreso de Soria a Monterde,

vi que subía un hombre con una oreja verde.

No era ya un hombre joven sino más bien maduro,
todo menos su oreja, que era de un verde puro.

Cambié pronto de asiento y me puse a su lado
para estudiar el caso de cerca y con cuidado.

Le pregunté: -Esa oreja que tiene usted, señor,
¿Cómo es de color verde si ya es usted mayor?

Puede llamarme viejo –me dijo con un guiño-
esa oreja me queda de mis tiempos de niño.

Es una oreja joven que sabe interpretar
voces que los mayores no llegan a escuchar:

Oigo la voz del árbol, de la piedra en el suelo,
del arroyo, del pájaro, de la nube en el cielo.

Y comprendo a los niños cuando hablan de esas cosas
que en la oreja madura resultan misteriosas…

Eso me conto el hombre con una oreja verde
un día, en el expreso de Soria a Monterde.

Gianni Rodari

En esta poesía muestran la esencia pura del libro, muestran la esencia de un maestro. El maestro es aquella persona que a fin de cuentas es un “niño gigante”, es decir, tiene las mismas inquietudes, curiosidad por aprender, investigar… que tiene un niño. En ocasiones, los adultos nos olvidamos de todo esto porque tenemos otras cosas en la cabeza que no nos dejan ver la belleza que nos rodea y disfrutar de ella; caminamos por la vida con prisa, sin detenernos en los pequeños detalles que nos rodean. Un maestro sabe impregnarse de la esencia del niño, sabe escucharle, interesarse en sus inquietudes y mostrárselas al resto, goza de su entusiasmo y vitalidad. Además le propone momentos educativos para satisfacer sus necesidades de investigación y curiosidad; pero al mismo tiempo deja que el niño investigue por sí mismo y el maestro pasa a segundo plano siendo una parte de apoyo para el niño. Además de todo esto, el maestro le muestra al niño todo su cariño ya que un maestro sabe que el tesoro más importante que tiene son sus alumnos.



beita73.wordpress.com

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